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Escritor guatemalteco Víctor Muñoz nació en 1950. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías)
El Consejo Asesor para las Letras, conformado por escritores, editoriales guatemaltecas y la Directora de las Artes del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), eligieron el día de hoy por unanimidad al escritor Víctor Muñoz como ganador del Premio Nacional de Literatura 2013.
Este autor tiene alrededor de 10 obras. Ha venido escribiendo libros de narrativa que tienen personajes centrales de la clase media, con mucha ironía, hay cierta actitud crítica con respecto a la sociedad guatemalteca de ese nivel, dijo Francisco Morales Santos, Director de la Editorial Cultura del MCD y parte del comité.
Año con año, se invita a las universidades del país que tienen Facultad de Humanidades o Centros de estudios de Literatura, para proponer candidatos al Premio Nacional de Literatura, reconocimiento que se otorga a escritores guatemaltecos por la totalidad de su obra y trayectoria, tomando en cuenta el contenido.
Consejo Asesor para las Letras se reunió este día en el Ministerio de Cultura y Deportes para elegir por unanimidad al escritor Víctor Muñoz, como ganador del Premio Nacional de Literatura 2013.
El Consejo Asesor para las Letras está integrado por Lucía Armas, directora y los escritores Javier Payeras, Rosa Chávez, Delia Quiñónez, Gerardo Guinea, Daniel Matul y Francisco Morales Santos.
Inicié a escribir relatos cortos en la página literaria del Diario Imparcial en 1977, expresó emocionado Víctor Muñoz, ganador.
El premio consiste en un pergamino, una dotación de Q50 mil quetzales, medalla de oro y la publicación de una obra, la que el autor escoja. El -MCD- hará un acto oficial para otorgar el premio, en la segunda quincena del mes de octubre, cuando ya esté impresa la obra del autor, como parte del premio que recibirá.
En realidad, los personajes de Víctor Muñoz somos todos, y sus historias son las historias de nuestras mezquindades, de nuestra asfixia, denuestros sueños truncados, de nuestro fracaso. Nos reconocemos en cualquier parte, en las oficinas, en los parques, en las cafeterías, en los supermercados, agobiados por la vida y por las facturas por pagar, temerosos de todo, de que nos echen del empleo, de que nos corten la luz, de que nos maten al doblar cualquier esquina.
El autor no dibuja nuestra tragedia, sino nuestra comedia humana. Y es aquí en donde alcanza dos elementos que lo salvan de caer en el patetismo puro: el humor y la compasión. Luis Aceituno, Suplemento Cultural El Acordeón, elPeriódico.
