El 9 de junio de 1974 el mundo recibió la noticia de la muerte de Miguel Ángel Asturias. El ganador del Premio Nobel de Literatura en 1967 trascendió hacia la eternidad, en un hospital de Madrid.
El escritor y diplomático guatemalteco siempre tuvo a Guatemala en el corazón. Al trasladar la noticia del deceso, su hijo Miguel Ángel Asturias Amado contó a los medios de comunicación de aquel entonces, que en una de sus últimas cartas se preguntaba si volvería a ver los amaneceres en la tierra que lo vio nacer.
Una vida de evolución
Miguel Ángel Asturias Rosales nació en la ciudad de Guatemala, el 19 de octubre de 1899. Fue hijo del abogado Ernesto Asturias Girón y la maestra María Rosales de Asturias. Cuando tenía cuatro años, la familia debió trasladarse a Salamá, Baja Verapaz, debido a que su padre, quien para entonces era juez, no acató los deseos del presidente Manuel Estrada Cabrera de enviar a la cárcel a jóvenes que protestaban contra el régimen y se quedó sin trabajo.
Durante su estancia en Salamá, la familia contrató a una joven indígena llamada Lola Reyes como niñera para que cuidara Miguel Ángel. Ella relataba historias y leyendas del pueblo maya.
Ya de vuelta en la ciudad capital empezó a dar sus primeros pasos firmes en la literatura mientras era estudiante de la Escuela Normal para Varones. El escritor Juan Olivero en su libro “El Miguel Ángel Asturias que yo conocí”, señala que en ese tiempo Asturias mostraba a sus compañeros un cuento que más adelante evolucionó y se convirtió en “El Señor Presidente”.
A los 17 años, el escritor empezó sus estudios universitarios de medicina. Sin embargo, pronto se dio cuenta que no era su vocación y se inscribió en la carrera de abogado. Formó parte de la Generación de 1920, un grupo de intelectuales que buscaban el fin del gobierno de Manuel Estrada Cabrera. En 1921 fue elegido para participar en el Congreso Internacional de Estudiantes realizado en México.
Al volver a Guatemala, Asturias fue copartícipe de la fundación de la Universidad Popular, que tenía como meta elevar el nivel educativo de la población guatemalteca. También participó como coautor de “La Chalana”, que fue estrenada en la Huelga de Dolores de 1922. Asturias se graduó como abogado y notario el 1 de diciembre de 1923.
El 23 de junio de 1924 viajó a Europa. Llegó a París, Francia y se inscribió en la universidad La Sorbona. Conoció al profesor Georges Raynaud, quien le encomendó el proyecto de traducir el Popol Wuj del francés al español, junto a José María González de Mendoza.
En París terminó su libro “Leyendas de Guatemala”. En 1933, volvió a Guatemala, fue profesor de literatura en la escuela de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala y fundó un diario matutino que se llamó “Éxito”. El 1 de junio de 1938 inauguró “El Diario del Aire”, el primer radio periódico de Guatemala y de Latinoamérica.
Junto a su primera esposa, Clemencia Amado, Miguel Ángel Asturias procreó a Rodrigo y Miguel Ángel. Este último, ha recordado en múltiples entrevistas el carácter tierno y juguetón de su padre, quien debido a su quehacer como diplomático estuvo alejado de su casa, pero reflejó su cariño por sus hijos en la obra “Los cuentos del Cuyito”.
En 1946 se publicó “El Señor Presidente”. Para ese entonces ya vivía en México, y había abandonado su carrera como periodista e incursionó en la diplomacia. En 1949 salió a la luz “Sien de alondra”. En ese año conoce a su segunda esposa, Blanca Mora y Araujo, con quien se casó en 1950. En esa época sale también “Hombres de maíz”. En 1954 se trasladó a Argentina, en donde escribió una antología de cuentos. Fueron editadas en Buenos Aires “El Alhajadito” y “Mulata de tal”.
En 1966 ganó el Premio Lenin de la Paz. Para esa época, los intelectuales apostaban que Miguel Ángel Asturias ganaría el Premio Nobel de Literatura. La televisión sueca le pidió al escritor una entrevista en la que figuraba como triunfador por si se le confería el Premio y en caso no ganara, esta entrevista no se divulgaría. Ese año no se le otorgó.
En 1967, los rumores nuevamente lo daban como ganador y la televisora repitió la solicitud. El escritor negó la petición pero prometió que serían los primeros en obtener sus declaraciones si se le otorgaba el Premio. Para asegurar la entrevista, la televisora delegó a un periodista para que estuviera a su lado, al momento en el que se hiciera el anuncio. El 19 de octubre, justamente en su cumpleaños número 68, la Academia Sueca lo llamó para indicarle que había sido seleccionado Premio Nobel de Literatura. Finalmente, el galardón le fue otorgado en una ceremonia realizada el 10 de diciembre de ese mismo año.
En 1972, Asturias publicó su última novela titulada “Viernes de Dolores”. El 9 de junio de 1974 falleció en Madrid España, víctima del cáncer. Fue enterrado en el cementerio del Père Lachaise, en París, Francia.
El Ministerio de Cultura y Deportes se honra en recordar al literato que llenó de gloria a Guatemala al obtener el Premio Nobel de Literatura 1967.