Diversos estudios científicos se han realizado a los diferentes artefactos que se han encontrado sobre la cultura maya en las diferentes áreas del departamento de Petén, Guatemala. Es así como en esta ocasión científicos de la Universidad del Sur de Illinois Carbondale, en Estados Unidos, descubrieron restos de sangre humana en puntas de flechas mayas halladas en éste departamento.
La investigación fue financiada por la National Science Foundation, con el apoyo del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala (IDAEH). Supone un hallazgo de suma importancia, pues se trata de la primera identificación de sangre humana encontrada en armas de la antigua civilización maya.
La investigación, fue publicada en el Journal of Archaeological Science, tras el análisis de más de alrededor de 108 puntas de flechas, recolectadas por 20 años. Los investigadores Nathan J. Meissner y Prudence Rice, han podido identificar en 25 de ellas, restos de sangre. Dos de las puntas mostraban sangre humana, mientras que, en el resto, descubrieron sangre de aves, roedores y, sobre todo, de grandes felinos.
Las puntas de flecha, elaboradas de piedra obsidiana, datan de los años 1.400 a 1.700 d.C. y fueron analizadas en el Laboratorio de Arqueología y Ciencias de la Universidad de California en Bakersfield, utilizando técnica especial de contrainmunoelectroforesis (CIEF) que separa y caracteriza las proteínas de la sangre. El resultado permite evidenciar que los objetos estaban relacionados con una serie de rituales, en los cuales la sangre se dejaba fluir para alimentar a los dioses con su “fuerza vital”.
En esta ceremonia maya, realizada hace 500 años en el sitio arqueológico de Zacpetén, los participantes recibían cortes con la punta de flecha, con toda probabilidad en el lóbulo de la oreja, lengua o en los genitales. La sangre derramada era recolectada y quemada, para simbolizar el ascenso de la fuerza hasta los dioses.
Los investigadores afirman que el rito probablemente era voluntario, y los involucrados no morían al participar, pues el obejtivo no era la muerte, si no derramar la sangre como ofrenda a sus dioses.
Meissner, investigador del Centro de Investigaciones arqueológicas en la Universidad de Illinois Sur, comenta que estas prácticas también eran “una forma de conectar con la espiritualidad de generaciones futuras y conectar su fuerza vital con la de sus ancestros».
El profesor Meissner afirmó que, “los mayas también participaban en ceremonias de derramamiento de sangre como parte de las ceremonias de nacimiento o mayoría de edad». Tenían la creencia de que la sangre poseía “la fuerza de la vida” y con estos rituales la usaban para alimentar a los dioses.
Se cree que las puntas descubiertas, no fueron utilizadas exclusivamente para rituales; también podrían haber sido utilizadas para cazar y defenderse.