Todo cobra sentido para un artista cuando el público se hace partícipe de su creatividad. Luego de más de cinco décadas de esfuerzos, Joaquín Orellana confirmó que su legado conmueve a miembros de distintas generaciones. El reconocimiento se concretó en el concierto que se celebró el 31 de agosto, en la Gran Sala “Efraín Recinos”, del Centro Cultural “Miguel Ángel Asturias”.
Desde dos horas antes del arranque del espectáculo se comenzó a llenar la sala cuyo público recibió con oídos abiertos las obras “Fantoidea”, “Híbrido a presión”, “Ramajes de una marimba imaginaria” y “Sacratávica”. La audiencia incluyó a varios grupos de escolares. Antes del inicio del concierto, el Ministro de Cultura y Deportes José Luis Chea Urruela realzó el carácter histórico de la puesta en escena, en la que indicó, se le hacía justicia a un gran valor del arte del país.
Orellana se ubicó en medio de la sala, para observar el tributo coorganizado por el Ministerio de Cultura y Deportes, a través del Centro Cultural y el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo (NuMu).
El Director del centro cultural, Álvaro Véliz, se dirigió al público al decir: “con su presencia están ayudando a proteger el legado del maestro Orellana”. Stefan Benchoam y Alejandro Torún, de NuMu, señalaron que el concierto forma parte de un proyecto que busca posicionar el trabajo de Orellana, a quien consideran “el artista más grande de este país”. Anunciaron que la segunda parte de esta iniciativa es apoyar a Orellana para que concluya “La sinfonía desde el tercer mundo”.
Julio Santos tuvo a su cargo la dirección del espectáculo, en el que los útiles sonoros de Orellana se lucieron en complicidad de la marimba y otros instrumentos convencionales, además de la poesía y las voces de un coro.
Al concluir la presentación, el público ovacionó a Orellana, quien fue escoltado por Véliz hacia el escenario. El artista agradeció al público su presencia: “Cuando se cumple ese diálogo entre el emisor y el receptor son ambos igualmente importantes, porque el receptor sensible es de por sí un artista potencial”.
Indicó que lo más importante que se demostró es que hay consenso alrededor de su música y recordó que al volver de Argentina, luego de haber cursado altos estudios musicales en el Instituto Torcuato Di Tella en 1967, su obra “Humanofonía” fue rechazada, e incluso al dar a conocer sus útiles sonoros, un reportero llegó a cuestionar el hecho de que hubiera estudiado música. “Ha habido mucha lucha para llegar a estas alturas”, añadió.
El maestro mostró su sentido del humor al comentar: “Tal vez esta solo sea una etapa mediana y la última etapa sea a través de una médium, por medio de una sesión espirita. Esperando que la médium tenga buena voz”. Sin embargo, retomó el tono serio para comentar: “Para mí es como si estuviera en un paraíso y ustedes fueran esa nubosidad que está captando un mensaje estético. Todos ustedes son para mí un corazón multitudinario que me emociona”.