El huérfano Francisco Roxel es acogido por su tío, Cristóbal Roxel, quien lo fuerza a trabajar para él entre privaciones y castigos. Sin saber leer ni escribir, Francisco se enfrenta a situaciones que ponen a prueba su instinto de sobrevivencia; una de ellas lo lleva a coincidir con la familia Mallén, donde el padre, don Eusebio y la hija Teresa se vuelven importantes en su vida: Teresa le enseña a leer, surgiendo entre ellos el amor. Un día, Cristóbal Roxel es asesinado; se señala a Francisco como autor del asesinato y se le condena al cadalso, siendo salvado por un evento inesperado que lo hace tomar la decisión de convertirse en abogado. A partir de entonces, en las «memorias» de Francisco Roxel se narran sus vivencias como estudiante —traicionado por sus compañeros—, como hombre enamorado y como abogado, fiel a sus principios, cuyo final (feliz o no) es decisión del lector.
Memorias de un abogado revela la madurez literaria de su autor, ahora más cosmopolita y con un nombre asegurado en la narrativa latinoamericana, tras la publicación de obras como La hija del Adelantado y Los Nazarenos.
En conmemoración del bicentenario de Pepe Milla (4 de agosto de 1822), Editorial Cultura se complace en ofrecer la presente edición, amparada en la liberación de los derechos de autor.
(Nueva Guatemala de la Asunción, Primer Imperio Mexicano, 1822 - Jutiapa, República de Guatemala, 1882). Su padre exiliado en México por razones políticas, quedando bajo la tutela de su tío materno, el canónigo José María Castilla, prócer de la Independencia de Guatemala y rector del Colegio Seminario, donde estudió. Aunque se inició en la carrera de abogado, su vocación por las letras lo llevó a otros campos. Sirvió durante varios años como funcionario de gobierno y catedrático de la literatura española en la Escuela de Derecho. Editó durante mucho tiempo La Gaceta Oficial y en 1861 empezó a publicar el semanario Hoja de Avisos, en los que aparecieron sus primeros cuadros de costumbres. Más tarde editó La Semana.
Desempeñó los cargos de síndico primero, secretario del Consejo Consultivo, catedrático de literatura española en la Escuela de Derecho, oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores, secretario general del gobierno, diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, diputado a la Cámara de Representantes, secretario del Consejo de Estado, secretario de la directiva de la Sociedad Económica de Amigos del País, socio de la Real Academia Española de la Lengua, miembro honorario de la Sociedad Literaria Internacional de París, asistente de Ateneo de León, Nicaragua, y delegado de Guatemala al Congreso Americanista de Bruselas, Bélgica.
Entre sus obras destacan Don Bonifacio (1862); Cuadros de costumbres guatemaltecas (1865); La hija del adelantado (1866); Los Nazarenos (1867); El visitador (1867); Libro sin nombre (1870); El canasto del sastre (1871); Memorias de un abogado (1876); El esclavo de don dinero (1881) e Historia de un pepe (1882).
El escritor murió el 30 de septiembre de 1882 en Hacienda Quezada, de su propiedad, en Jutiapa. En 1982, el alcalde de la ciudad de Guatemala bautizó con el nombre de Calzada Milla y Vidaurre la 5ta. calle de la zona 6 de la ciudad capital.
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