Luego de haber sido el conductor del estreno mundial de la “Sinfonía desde el Tercer Mundo”, en Atenas, Grecia, el maestro Julio César Santos Campos, desea que los guatemaltecos puedan ver pronto esta obra que impresionó en el marco de “La Documenta 14”. A medio camino de su viaje de retorno al país, el artista que ha acompañado al Maestro Orellana durante gran parte de su trayectoria, comparte algunas de sus vivencias, tanto en esta como en presentaciones anteriores.
Un gran privilegio, una gran experiencia y una gran responsabilidad. Muchas horas de trabajo personal, analizando y aprendiendo la partitura, largas sesiones de trabajo con el Maestro para poder captar bien su mensaje. Varios ensayos con los grupos diferentes: coro mixto, coro de niños, percusionistas, marimbistas, Orquesta Sinfónica, sonidos pregrabados y declamador. Hubo una gran parte de aprendizaje de los grupos con sus directores, a excepción de la orquesta. Después trabajaron conmigo y luego fuimos a los ensayos generales, que fueron cuatro.
Empecé (a trabajar con el Maestro) como percusionista en una obra que se llama “Evocación profunda y traslaciones de una marimba”, que se estrenó entre 1984 y 1985. De ahí para adelante he participado en diferentes montajes y especialmente he tenido la oportunidad de estrenar obras corales con el Coro Victoria: “Tanajunarin”, que estrenamos en el Festival Coral de Nancy, Francia. “Canto de asedio”, “Requiem de cuna”, “Elegía”, “Peregrinaje a Kasansananik”, “Collage”, “Sonecito chilero” y “Elegía a María Tiu”.
En 1990, participé con el Maestro en una gira por España y Francia con la obra teatral “La Profecía”, del dramaturgo Manuel Corleto. En 1992, participé en el montaje de la ópera-teatro “En los cerros de Ilom”. En 1999, viajamos juntos al Simposio Mundial de Música Coral, en Rotterdam, Holanda. En 2011, participé en el montaje de “La tumba del Gran Lengua”. En 2012, estuvimos en el Festival Dicantus de Música Contemporánea, en Puebla, México. Esa participación constante en sus obras me ha permitido conocer muy de cerca da una de ellas y especialmente la esencia de su propuesta estética.
En Atenas tuvimos mucho tiempo y mucha oportunidad para intercambiar comentarios acerca de la partitura y seguramente el momento más importante fue la noche del concierto. Su obra fue bastante aplaudida por el público asistente y los grupos participantes. No recuerdo haber visto antes tan contento al Maestro Orellana.
Diez minutos antes, me arrepentí hasta de haber nacido. Pero después del primer batutazo y ver la entrega de los grupos, e incluso de ver al Maestro frente a mí en el escenario, desaparecieron los temores.
El Ministerio de Cultura y Deportes respaldó la presencia del Maestro Orellana y del Maestro Julio Santos, en La Documenta 14, por medio de un aporte de boletos para músicos y traslado de útiles sonoros. Con este tipo de acciones, la Cartera de Cultura y Deportes ejerce la diplomacia cultural.